[el blog de como cuando uno suele por tendencia tratar de evitar caerse cuando como por error se tropieza con un borde de esos pequeños y escondidos y uno intenta sortear entonces la caída que le sigue y cuando sabe que no puede esquivar el golpe del piso le toca como girar para caer sobre el brazo protegiendo el pecho o con los brazos primero como queriendo ser fuertes pero el dolor igual se siente y ya cuando uno deja de pensar en cómo recibir el totazo es que se está o sobando o queriendo levantar]

26.2.11

Visión de medianoche en la cocina.

Se esconde del foco una sombra detrás de un reloj de pared.
Un juego de detectives que empieza cuando se hace noche y no acaba cuando se hace de día.
Ya no es el foco de quien huye, es del Sol y de los espejos.

Es una sombra sagaz que se escabulle y se amolda en grietas o rocas, que sobrevive al bombardeo de la luz que la señala con un dedo resentido como la cara de la nada y la ajuicia por aquello de lo cual ella carece: ese don nato de saberse esconder.

3 comentarios:

  1. Querido Marco,

    te respondo por aquí porque supongo que no se notifica al publicar un comentario posterior al tuyo. La copa para cuando los dos mil pesos que esperan impacientes en mi "biblioteca" reposen en tu mano.

    :)

    P.D. Mi copa la quiero de helado :P

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  2. Jajaja.

    No te acuerdas. Son dos mil pesos para techo. Y con eso quise decir: la copa para cuando vaya a Bogotá y nos encontremos :)

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