[el blog de como cuando uno suele por tendencia tratar de evitar caerse cuando como por error se tropieza con un borde de esos pequeños y escondidos y uno intenta sortear entonces la caída que le sigue y cuando sabe que no puede esquivar el golpe del piso le toca como girar para caer sobre el brazo protegiendo el pecho o con los brazos primero como queriendo ser fuertes pero el dolor igual se siente y ya cuando uno deja de pensar en cómo recibir el totazo es que se está o sobando o queriendo levantar]

29.10.14

sin título (abecedario) [texto rescatado]

antes bebía cúmulos dentados, encerrado frenéticamente, garganta hinchada, incluso joven.
kurdos lastimeros mordían naranjas ovaladas, pedazos quizás rozando sin tiempo una vedada walkiria.
xilemas yaciendo, zumbando.


* cuaderno de clase, última página, 2011.

22.10.14

Kavafis me conoce.

(foto extraída de aquí)



surcando las olas de una nostalgia trasnochada (por tardía, fétida y maldormida), caigo con toda voluntad en poemas que parecen atravesar el tiempo para describir mi propia ruina.
en esta ocasión, la antología de un griego.

DÍAS DE 1903 (*)
Nunca lo tendré de nuevo -todo aquello que tan pronto perdí...
los poéticos ojos... el pálido
rostro... en la penumbra de la calle....
Nunca tendré de nuevo -lo que la muerte me ofreció,
lo que tan fácilmente abandoné;
y que más tarde tanto desearía hasta sufrir.
Los poéticos ojos, el pálido rostro,
nunca hallaré de nuevo aquellos labios.


leyendo otras versiones halladas en internet, sobre todo una inglesa, reinterpreto la cosa:

DAYS OF 1903 (**)
I never found them again—all lost so quickly...
the poetic eyes, the pale face...
in the darkening street...
I never found them again—mine entirely by chance,
and so easily given up,
then longed for so painfully.
The poetic eyes, the pale face,
those lips—I never found them again.

como puede observarse, la variación del tiempo conjugado, ya no en futuro simple sino en un pasado simple, arroja aún más depresión a las palabras. y cómo el traductor español hizo una jugada maestra e hipertrágica cambiando "suerte" o "casualidad", por "muerte", tremendo ruido.

y como la ñoñez y el esnobismo me ganan, entendidos como la frustración de no haber podido continuar el curso de griego antiguo en la universidad por una tesis atravesada y el tiempo jugándome en contra, busqué un texto original con el cual practicar fonética (y sin entender mucho, para distraerme de esta tristeza pasajera).

Μέρες του 1903
Δεν τα ηύρα πια ξανά - τα τόσο γρήγορα χαμένα ....
τα ποιητικά τα μάτια, το χλωμό
το πρόσωπο .... στο νύχτωμα του δρόμου ....
Δεν τα ηύρα πια - τ' αποκρηθέντα κατά τύχην όλως,
που έτσι έυκολα παραίτησα;
και που κατόνι με αγωνίαν ήθελα.
Τα ποιητικά τα μάτια, το χλωμό το πρόσωπο,
τα χείλη εκείνα δεν τα ηύρα πια.


* Publicado en la antología "56 poemas", Traducción de José María Álvarez, Ed. Mondadori, Madrid, 1998)
** Publicado en "Collected Poems". Traducción por Edmund Keeley y Philip Sherrard. Editado por George Savidis. Princeton University Press, 1992)

15.5.14

un 23 que vuelve. [correspondencia.]

14 de may '14.
una notificación nueva en el correo del flickr. parece ser una respuesta a un mensaje mío, enviado a alguien cuyo nombre leo y leo sin lograr asociarlo a nada.


De:

  Esa, Paulina      Paulina Escobar    

Asunto:

Re: noche del 23.

Waa. Yo no había visto esto!
Que bonito!
Mil gracias!

Me sacaste una sonrisa a destiempo!





la cálida reacción al retraso. un retraso accidental, con la ceniza propia del destiempo. ¿qué fue lo que viste, Paulina? ¿qué es eso que agradeces, a qué noche contestas con la sonrisa entre los dedos?

basta recorrer el buzón de los escupidos, los enviados. entre otros intentos insomnes por llamar la atención, encuentro la tal noche de un tal 23. es la trampa nocturna de la memoria, de esas misivas que me arranco una noche cualquiera en un silencio cualquiera y por una súbita nostalgia hacia los nombres desconocidos. nostalgia que, a raíz de una simple imagen, me llevó al puerto de la verborrea.


23 de dic '13, 8:43 PDT


Para:

  Esa, Paulina      Paulina Escobar    

Asunto:

noche del 23.

de esas noches raras
de eternos saltos
en el eterno mar de la web,
donde nada me incita a mirar,
a quedarme mirando,
a escuchar sin que suene una voz
o un silbido circular.

de esas noches donde me conecto con poco
y poco quiero conectarme con algo,
y muevo y muevo mis dedos
como esperando morir
frente a la cuadrada
vitrina.

llegué a tu galería y sentí un tierno
casi impredecible impulso
de quedarme.
y quise llorar
porque en esta rara
confusa
e inhabitual
noche de desvaríos
suspiré al ver
una mujer arropada de montañas.

...

nada por pedir y poco por ofrecer.

un saludo desde la cueva.
ie.






reconozco esa manera de escribir, las minúsculas, lo repetitivo, las comas comidas, las pausas por azar, los tropiezos, lo repetitivo. reconozco esa carta que armé una de tantas noches raras que consiento vivir con frecuencia, olvidándola pronto como a una mala amante sin la ternura que me causa ese fracaso de amar. reconozco ese impulso, ese falso tono ingenuo, esa engorrosa seducción que se aparece cuando sólo pretendo darme a conocer. reconozco a ese tipo extraño que le escribe a las desconocidas de internet, esperando una respuesta que pronto, prontísimo, olvida estar esperando. y llega un día, cualquiera, impensado, donde contestan con la sonrisa entre los dedos, y, quién sabe, el corazón todavía vivo. 

me arden los ojos.


...

[no habrá más escritura entre ellos. no de ese tipo.]

[quiere dormir,
y arroparse con cal.]

***

"Durmiente/espectante", por Paulina Escobar
Acrílico sobre papel más Intaglio (35x50cm)
https://www.flickr.com/photos/paulina-esa/7345350566/
reproducida sin pedir permiso a la autora.

22.1.14

climatología.

he desarrollado en los últimos días una extraña rareza en mi ojo izquierdo [no logro recordar si el otro hereda el mismo destino]: una suerte de neblina, una cortina de velo, un desenfoque seguido de una sobrehumectación bajo el párpado.

amanezco con las lagañas más caóticas que haya visto, bordeando ambos párpados con la huella seca de una lágrima en medio del sueño. despierto con la cabeza pendiente del deber inmediato, seco por dentro e indiferente ante el hábito de comer.

creo que hace mucho no sentía la inercia colmándome en una época en que, aunque ocupado, las cosas simplemente se dejen suceder. conozco día a día y cada vez más mis delirios y manías, mis manipulaciones constantes con la realidad donde soy estricto pero sonrío complaciente para no parecer tan duro como soy por dentro. y sí, tengo el miedo de mostrarme ante el afuera como la oscuridad plena que siento florecer en los días de más barro. pero siempre hay sol, siempre y en algún lado, sorprendiendo cuando se deja ver.

es esta niebla en mis ojos lo que me pone a cavilar... niebla que, aunque fácil de asociar, aparece cuando menos espero y cuando más calor necesito.
[la sola angustia de una ceguera temprana fue suficiente complejidad para estos cinco minutos de grima nocturna.]