amanezco con las lagañas más caóticas que haya visto, bordeando ambos párpados con la huella seca de una lágrima en medio del sueño. despierto con la cabeza pendiente del deber inmediato, seco por dentro e indiferente ante el hábito de comer.
creo que hace mucho no sentía la inercia colmándome en una época en que, aunque ocupado, las cosas simplemente se dejen suceder. conozco día a día y cada vez más mis delirios y manías, mis manipulaciones constantes con la realidad donde soy estricto pero sonrío complaciente para no parecer tan duro como soy por dentro. y sí, tengo el miedo de mostrarme ante el afuera como la oscuridad plena que siento florecer en los días de más barro. pero siempre hay sol, siempre y en algún lado, sorprendiendo cuando se deja ver.
es esta niebla en mis ojos lo que me pone a cavilar... niebla que, aunque fácil de asociar, aparece cuando menos espero y cuando más calor necesito.
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