Recordar que tengo un blog, recordar que alimentarlo es alimentarme y que todo es materia prima.
Sucumbir de a poco al sueño que me producen las actividades pasivas. Ver un video, leer, pensar qué escribir. No salvarme ahora, no haberme salvado en mucho tiempo tampoco.
Renacer es como sentir que un desierto guía las palabras. Que escribo como por órdenes de otra parte. Llegar al punto de la noche donde me desapropio, me vuelvo parte de algo más primitivo, instintivo, hambriento. Quisiera no tener estos dedos, o estos párpados, poder ver todo el tiempo lo que toco y no quedarme con las palabras.
Parpadear. A menos intervalos cada vez. Andar por sueños cortos y despertar de nuevo ante la página.
Oigo ruidos adentro. Me llaman las voces para dejarles de temer.
Sueño reparador.
El insomnio hoy me quiere seguir arrastrando.
Llega pronto, que ya me acostrumbré a dejar de esperar.
Una hora extraña para el encuentro.
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