[el blog de como cuando uno suele por tendencia tratar de evitar caerse cuando como por error se tropieza con un borde de esos pequeños y escondidos y uno intenta sortear entonces la caída que le sigue y cuando sabe que no puede esquivar el golpe del piso le toca como girar para caer sobre el brazo protegiendo el pecho o con los brazos primero como queriendo ser fuertes pero el dolor igual se siente y ya cuando uno deja de pensar en cómo recibir el totazo es que se está o sobando o queriendo levantar]

20.6.11

Determinismo nato, o El mundo cuando nací.

Leerme, por un día.

¿A qué mundo llegué? ¿Qué circundaba este plano de realidad aquel viernes cuando me cansé de estar sumergido en la oscuridad de una matriz, cuando empujándome exigí la primera luz en mis ojos? ¿Qué me esperaba afuera, sin que lo pidiera?

Un periódico en una hemeroteca, archivado en una tirilla de treintaycinco-mm. Fecha: treinta de agosto de milnovecientosnoventayuno. Crisis del socialismo en la URSS, Cuba no reduce su apoyo a la mayor potencia de izquierda; asesinado Hernando Loboguerrero porque le iban a robar el carro; Xuxa lanza nuevo disco musical; Colgate cumple cincuenta años en Colombia; tensiones entre Kuwait e Irak como antecedente a la Guerra del Golfo Pérsico; compre Walkman Sony con Mega Bass para mayor disfrute; Pony Malta, bebida de campeones; The Real Milli Vanilli en concierto; ESTRENO: Terminator 2: El día del juicio final; revista Carrusel con artículos como Descubrí que mi pareja es homosexual y 80 preguntas sobre el parto (para gente como mi mamá, qué pertinencia).

Pero la curiosidad máxima, el horóscopo.

[clic para ver grande]

Según el zodiaco, por la fecha yo sería Virgo. En el periódico se lee algo como "Trate de mantenerse alejado de una severa discusión con alguien que tiene ideas fijas"; al lado, en ¿Nació en esta fecha?, alcanza a leerse: "... pero a veces es algo fijo en sus ideas." Conclusión: jamás discutir conmigo mismo. Jamás. ... ¿Y entonces?

Lo verdaderamente curioso es aquello de "Está dotado con talentos creativos y alcanzaría el éxito como actor o escritor". ¿Alcanzar el éxito? Le huyo al éxito. La importancia está en el hacer. No me considero ni actor ni escritor ni alguien con talentos especiales, simplemente alguien con capacidades para crear y transformar, como cualquier ser humano, consciente o no. Ese tipo de determinismos los soslayo por ponerle un fin último a mi vida sin darme un espacio para el albedrío, como un atavismo del cosmos para mí, diciéndome que nací para esto y punto. Y pues no. Y pues no... El éxito, que prefiero llamarlo "plenitud" con uno, con el mundo inmediato, con lo trascendente, no es algo que se alcance. La plenitud es constante, es la vía y el proceso, el suelo y el techo en los cuales se debe zambullir la voluntad. Además, la incertidumbre de vivir es una de mis banderas. La magia de no conocer el futuro próximo alimenta esa voluntad, exige de uno mismo el amor por el hacer y otorga valentía ante el riesgo de lo indiscernible. Adhiero a la frase de Mahatma Gandhi que decía: "Para ser exitosos no tenemos que hacer cosas extraordinarias. Hagamos cosas ordinarias, extraordinariamente bien."

Y la última curiosidad, aprovechando que mi mamá (quien ese día no creo que haya tenido tiempo para leer periódicos) es Libra según su fecha de nacimiento. Ese recorte citado no puede contener frases más sarcásticas para mi llegada.


Si quiere saber sobre el mundo del día de su natalicio, tal vez tenga suerte
de encontrarlo en este archivo del periódico El Tiempo, de Bogotá, Colombia.

4 comentarios:

  1. Tenaz Iván, en la misma noche preocupando a su mamá, me parece tenaz. Y lo quiero ver ya encorbatado y haciendo cola para matricularse a abogacía.

    Voy a consultar mi fecha a ver qué estaba pasando. Gracias.

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  2. ¿A qué mundo llegué? ¿Se diferencia este mundo en cuanto mundo, al de hace cien mil años? ¿Quién sabe el nombre de sus ocho bisabuelos? Gocé tu nota.

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  3. Alguno de ellos, algo de los mios seguro, hubo de ser enterrado en una olla de barro en el fondo de una guaca... Sin oro, claro. La clase media en ninguna parte ha tenido oro, pero si barro y relumbrón. Tendría que haber algún indio chibcha por ahi enredado entre los tatarabuelos. Y algo más: entre esos dieciseis tatarabuelos, alguna tataraputa...

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  4. Ay, elfo... cada día me sorprendes más y más. Hermosa nota, Iván. :)

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